Una no escoge

Una no escoge el país donde nace; pero ama el país donde ha nacido.

Una no escoge el tiempo para venir al mundo; pero debe dejar huella de su tiempo.

Nadie puede evadir su responsabilidad.

Nadie puede taparse los ojos, los oidos, enmudecer y cortarse las manos.

Todos tenemos un deber de amor que cumplir, una historia que nacer, una meta que alcanzar.

No escogimos el momento para venir al mundo: Ahora podemos hacer el mundo en que nacerá y crecerá la semilla que trajimos con nosotras.















miércoles, 19 de mayo de 2010

viernes, 14 de mayo de 2010

Mujeres "Las palabras que nos nombran" - Discurso y desigualdad de género

Video Documental producido por el Ministerio de Educación de la Nación respecto a las representaciones de género en los Medios de Comunicación.

Véalo aqui

martes, 11 de mayo de 2010

Mujeres desplazadas en Colombia


Colombia vive un conflicto armado hace más de cincuenta años. Primero entre el campesinado dividido por la dirigencia de los partidos Liberal y Conservador; luego entre el Estado y una guerrilla que lucha por una supuesta liberación nacional y, desde los 90, el narcotráfico ha permeado a todos los actores armados y ha contribuido a un proyecto económico-político de derecha sostenido por el paramilitarismo. Entre unos y otros, han desplazado de su territorio y cultura a cerca de 4 millones de personas. Las más abusadas, las mujeres; sus cuerpos han sido convertidos en campos de batalla.

La violencia contra la mujer está causando desplazamientos

Hay 3,2 millones de desplazados/as oficialmente registrados en Colombia, la segunda cifra más alta del mundo después de la correspondiente a Sudán. Más de un cuarto de millón de personas se suman a las filas de los desplazados cada año.
Si se tienen en cuenta las personas que no están registradas, uno de cada diez colombianos está desarraigado debido a la violencia. Los grupos paramilitares reorganizados están peleándose entre ellos o compitiendo con los guerrilleros por el control de zonas y comunidades estratégicas a fin de sacar provecho de la producción de cocaína, mientras que el ejército colombiano continúa las operaciones contra los insurgentes en zonas rurales alejadas.

En ese marco, la población civil está entre dos fuegos. Los líderes de las comunidades que resisten la presión de los grupos armados ilegales mueren asesinados, mientras que los adolescentes de ambos sexos son reclutados por la fuerza por estos grupos. Los grupos armados también están usando la violencia sexual y el reclutamiento forzado como tácticas en el conflicto. En un estudio realizado por la Defensoría del Pueblo en cuatro ciudades de Colombia en 2007, 18% de las mujeres desplazadas señalaron la violencia sexual como causa directa del desplazamiento

PROBLEMAS DE LAS MUJERES
El principal problema de mujeres desplazadas es su ubicación en el territorio.
Llegan generalmente solas, sin sus compañeros. Se enfrentan entonces a la pérdida de su pareja que ha cumplido en lo general el rol productivo, el rol de proveedor de la familia y se enfrentan solas a un territorio o ciudad que desconocen y con las redes perdidas. Lo primero que hacen es ubicarse en zonas de pobreza que tienen violencia estructural, es decir, están en niveles socioeconómicos muy bajos, generalmente con pandillas en la zona y con reinsertados del paramilitarismo o de la guerrilla, lo cual las pone en una situación conflictiva en tanto están viviendo y compartiendo el mismo lugar del victimario.

Las mujeres que huyen tras la muerte de su marido o compañero terminan asumiendo todas las responsabilidades familiares, cuidando a los hijos y a otros miembros de la familia y buscando la forma de sobrevivir en su nueva situación. Las mujeres desplazadas del departamento del Chocó le dijeron a Refugees International que casi todas las mujeres desplazadas que conocían se sentían presionadas para prostituirse con el fin de que la familia pudiera sobrevivir, y últimamente se ha intensificado la trata de mujeres para la prostitución en la frontera con Panamá. La prostitución infantil también es común en las comunidades desplazadas
debido a la desesperación económica. Muchas mujeres desplazadas pueden encontrar trabajo informal como empleadas domésticas, pero el salario es bajo (de solo US$50 al mes en promedio) y el empleo es inseguro.

En las comunidades desplazadas de Colombia, la violencia familiar es un problema de gran magnitud, mucho mayor que en las comunidades no desplazadas. Algunas mujeres desplazadas le dijeron a Refugees International que este aumento de la violencia doméstica es producto del estrés socioeconómico del desplazamiento. Muchas mujeres afirmaron que, antes, su familia tenía propiedades con suficiente espacio y no tenían problemas de seguridad alimentaria. En la actual situación de desplazamiento, todos viven hacinados y los hombres tratan de adaptarse a las nuevas circunstancias. Con frecuencia, los hombres desplazados no consiguen trabajo, mientras que las mujeres desplazadas suelen encontrar trabajo en el sector informal. Este cambio forzado de papeles suele crear tensiones que conducen a comportamientos violentos.

SALUD
En cuanto a las necesidades de las mujeres, a menudo ni siquiera reciben material sanitario o botiquines para partos higiénicos en situaciones de desplazamiento masivo. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) distribuye kits higiénicos en algunos lugares y tanto el UNFPA como el UNICEF proporcionan botiquines para partos higiénicos, pero no tienen suficientes para distribuirlos en todo el país. El UNFPA atiende solamente a unas 15.000
mujeres de los casi dos millones de mujeres desplazadas en el país. En el Chocó, la mortalidad infantil es el doble del promedio nacional, en tanto que la mortalidad materna es el triple (251 muertes por cada 100.000 nacimientos). Asimismo, el acceso a servicios gratuitos de planificación familiar es limitado.

En las diferentes ciudades de Colombia, hay cerca de los semáforos personas desplazadas vendiendo dulces o presentando algún espectáculo improvisado para recibir unas monedas. Los encontramos y las vemos en los buses, en las calles pidiendo limosna o recurriendo a la imaginación para llevar algún dinero a casa. Las indígenas aumentan en número cada día en las calles de Bogotá. En total, en la capital de Colombia viven unos 244.184 desplazados y desplazadas
Una mujer desplazada siente una amarga soledad, inicia un duelo que no sabe si terminará algún día, sufre de insomnio, se adentra en una depresión, puede caer en el alcoholismo.

Fuentes: Refugees International
FABIOLA Calvo Ocampo, “Sin nosotras se les acabó la fiesta”

Liga de mujeres desplazadas
Foto: Liga de Mujeres Desplazadas

María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada- “Macacha”


Una calle de Puerto Madero, colocada hace pocos años, recuerda a esta mujer, casi como único homenaje en la capital del país. Macacha Güemes, recordada como hermana de Martín Miguel, pero poco evocada por su propia trayectoria.

María Magdalena Güemes de Tejada, nació en Salta, el 11 de diciembre de 1787, del matrimonio conformado por doña María Magdalena Goyechea y de la Corte y por Gabriel Güemes Montero, tesorero de la Real Hacienda.

El General José María Paz en su libro “Campañas de la Independencia”, la describe como: “...mujer ambiciosa, intrigante y animosa, al paso que dotada de garbo y hermosura...” Según Bernardo Frías era “... arrogante y hermosa, que durante el gobierno difícil de la guerra, habría de llevar la armonía a las pasiones, la prudencia y el acierto en los consejos, la luz en los momentos más delicados del peligro y una sagacidad e inteligencia nobles y generosas en la diplomacia, acompañado todo ello de la seducción y el encanto que se desprenden de la mujer inteligente y culta”.

Ella misma cuenta el impacto vivido cuando era todavía una niña y su hermano, el cadete Martín, fue llamado para cumplir con sus obligaciones en Buenos Aires, para continuar con su carrera militar. En su diario expresó: “nos despedimos con un abrazo interminable“. Desde ese momento su vida estará atravesada por el compañerismo y la cooperación con su hermano, quien llegará a ser clave en la defensa de la frontera norte del territorio nacional.

Como toda mujer de su época, se casó a la corta edad 16 años. Su compañero fue el militar Román Tejada con quien tuvo una hija, Eulogia.

Cuando contaba con 23 años de edad llegó a Salta la noticia de la Revolución de Mayo, y su adhesión fue absoluta. Con un grupo de primas y amigas comenzaron a confeccionar uniformes para los soldados del Escuadrón de Salteños.

Desde 1810 hasta 1824 su casa, además de taller de costura, fue refugio de jefes, oficiales y soldados, y centro de propaganda de ideales revolucionarios.
Macacha además participó de forma activa en la guerra gaucha que organizó Martín para defender la frontera. Cuentan que en una ocasión, un escuadrón de gauchos a sus órdenes retrocedía ante un grupo de soldados del bando enemigo… ella se adelantó, y les gritó: Cobardes, vean cómo pelean las mujeres en mi tierra!. Empuñó su lanza criolla y se dirigió a todo galope hacia el enemigo. Los gauchos volvieron sus caballos y la siguieron… pelearon hasta que no quedó ni un soldado realista.

Pero no solo fue corajuda en la lucha, sino también hábil en la tarea política, elementos ambos que no siempre van de la mano. En1815, a través de a sus gestiones se llegó a la paz de los Cerrillos, luego de la delicada situación surgida entre Güemes y las fuerzas de Buenos Aires al mando del general Rondeau.

En 1821, Güemes se encontraba con ella cuando una partida realista lo atacó e hirió, en Salta, el 7 de junio, causándole la muerte en pocos días después. Macacha continuó participando en los sucesos políticos de la provincia, con la audacia que la caracterizaba. Fue muy querida por el pueblo debido a la generosidad con que ayudaba a los necesitados, que no escaseaban en tiempos de lucha. Así la recuerda la chacarera “Señora Macacha Güemes” de León Benarós y Agustín Carabajal:
Bondades fueron las suyas
gañanes a por su escudo
por que usted trató al humilde
lo mismo que al copetudo

Después de la muerte de su hermano, Macacha continúo participando de los sucesos políticos de la provincia. Intervino en la llamada "Revolución de las Mujeres" que, con el apoyo militar de Pablo Latorre derrocaron al gobernador Fernández Cornejo y pusieron en el cargo al general doctor José Ignacio de Gorriti.

En 1824 participó en un acto sedicioso en oposición al general Juan Antonio Álvarez de Arenales "y nuevamente contra el General José Antonio Fernández Cornejo once años después, provocando la delegación del mando de éste en manos del general Felipe Varela", según la historiadora María Teresa Cadena de Hessling.

Macacha Güemes murió en su ciudad natal el 7 de junio- la misma fecha que su amado hermano- de 1886. El pueblo salteño ya la llamaba "la madre del pobrerío".

Fuentes:
Cadena de Hessling, María Teresa- Enciclonoa. Enciclopedia Ilustrada del Noroeste. Vol. I: Historia de Salta. Ed. del Docente – 1985
Frias, Bernardo- Historia del General Güemes y de la Provincia de Salta , o sea, De la revolución de 1810. Buenos Aires : Imprenta y Librería de L. Ortiz Portillo, 1911

lunes, 10 de mayo de 2010

Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo

El presente proyecto fue presentado en la Cámara de Diputados/as por las organizaciones integrantes de la "Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito" el 16 de marzo de 2010. Es objetivo de los/as firmantes que el mismo adquiera estado parlamentario para darle tratamiento junto con las demás iniciativas referidas a esta temática.

miércoles, 5 de mayo de 2010

8 de Mayo- Día de la Cruz Roja Internacional


UNA CRUZ Y UNA MEDIA LUNA
Radialistas.net

Violencia sexual: Arma de guerra


RMF 27 VIOLENCIA SEXUAL 15
por Katie Thomas- ACNUR

Las heridas físicas de la mayoría de las formas de combate son generalmente visibles, tratadas por los médicos de forma urgente y, finalmente, curadas. Por el contrario, si bien la violencia sexual puede causar un daño físico considerable y heridas internas graves, es mucho menos probable que se trate, en comparación con otros daños. Los manuales sobre intervención en situaciones de emergencia apenas mencionan la reconstrucción vaginal como una prioridad, pese a que ahora se reconozca ampliamente la violencia sexual como un método habitual de guerra. El manual de Médicos Sin Fronteras (MSF) de 1997 sobre respuesta de emergencia, por ejemplo, dedicaba tan sólo dos de sus 381 páginas a la violencia sexual.

Durante la guerra, no sólo se viola a mujeres maduras físicamente, sino también a niñas, cuyo cuerpo no se ha desarrollado aún y que, por consiguiente, pueden sufrir espantosas heridas internas. Además, en los países donde la mayoría de las mujeres y las niñas han sido sometidas a mutilación genital, la violencia sexual puede provocar desgarros profundos, tanto externos como internos. Tras la violencia relacionada con conflictos armados, se suele dejar que las mujeres y las niñas con dolor extremo y profundos desgarros internos se curen sin medicación ni intervención quirúrgica alguna.

Pueden sufrir fístulas vesicovaginales (desgarros), daño permanente en el útero y la vagina, además, pueden contraer el VIH u otras infecciones de transmisión sexual. Si dispone de acceso a asistencia médica, la mujer o la niña tendrá que describir y mostrar las heridas, lo que le causará aún más angustia.

Los efectos psicológicos de la violencia sexual también son distintos comparados con otras formas de violencia. Cuando la violencia es perpetrada por alguien más fuerte –por ejemplo, si el perpetrador tiene más fuerza física, está en una banda o va armado–, el trauma de la agresión se agrava por el hecho de sentirse indefensa.

Además, cuando la violencia es sexual, se invade el La violencia sexual tiene un profundo y duradero impacto físico, psicológico y social. Con frecuencia, las mujeres violadas sufren gran ansiedad y dolor. Es posible que les resulte difícil realizar tareas normales e interactuar con los demás. Las mujeres que han estado expuestas a la violencia sexual experimentan una gran angustia, pueden sufrir períodos de enfermedad mental y corren más riesgo de suicidio.
La mayoría de las sociedades culpan, marginan y castigan a las mujeres –en vez de a los hombres– por la violencia sexual.

Es muy posible que su familia repudie a la mujer o a la niña, o que la comunidad la expulse. La indiferencia de la familia, la comunidad, la nación y la comunidad internacional refuerza la desesperanza y la angustia de la persona. Las mujeres y las niñas que han sido objeto de la violencia sexual han aprendido que el mundo no es seguro para el sexo femenino. Mientras que se puede evitar a un enemigo étnico o nacional tras el conflicto armado, es imposible esquivar a todos los hombres.
Aun cuando una mujer o una niña pueda admitir de forma racional que los hombres de su comunidad no suponen una amenaza para ella, debe seguir haciendo frente al miedo y a sus recuerdos traumáticos cuando interactúa con ellos a diario. Este hecho puede tener un impacto significativo en su capacidad para tratar con los hombres de su comunidad.

Como sus heridas no son visibles externamente, las mujeres y las niñas que han sufrido violencia sexual reciben escasa empatía y comprensión ante la merma de sus capacidades para realizar los trabajos que les han sido socialmente asignados. Probablemente, no se hagan las mismas concesiones a las personas que sufren una incapacidad evidente derivada de la guerra, como puede ser la pérdida de un miembro, que a aquéllas que tienen heridas igual de graves infringidas por la violencia sexual.

Los hijos de las mujeres violadas presentan un mayor riesgo de desarrollar enfermedades mentales y de ser abandonados y desatendidos o de sufrir abusos. Cuando se emplea como un instrumento de guerra estratégico y sistemático –como en Ruanda, Sudán, Sierra Leona, Kosovo y otros muchos conflictos–, la violencia sexual puede llevar a la destrucción cultural. Mientras que la mayor parte de la violencia durante la guerra tiene como objetivo matar al enemigo, la violencia sexual se perpetra a menudo no sólo para causar heridas físicas y humillación, sino también para contribuir a la destrucción de la cultura contraria. El daño a la vida cultural y comunitaria originado por el empleo de la violencia sexual en la guerra puede perdurar durante generaciones.

martes, 4 de mayo de 2010

ESTAMOS EN EL AIRE- ESTA TARDE HAY OTRA HISTORIA




A partir del 4 de mayo, LT 40 nos cobija por el 1550 del dial.

Desde el Norte entrerriano decimos: HAY OTRA HISTORIA!

Mujeres violadas en guerra reclaman justicia en juicio simbólico

Mujeres indígenas que fueron víctimas de violencia sexual durante el conflicto armado en Guatemala (1960-1996) demandaron justicia al Estado ante un simbólico Tribunal de Conciencia para que sus casos no queden en la impunidad.

Más de un centenar de mujeres que sobrevivieron a las violaciones comparecieron en el Tribunal de Conciencia, conformado por activistas humanitarias, para presentar relatos y testimonios con el fin de que se conozca lo que sufrieron y que los hechos sean considerados como "crímenes de guerra y lesa humanidad".

Una dirigente de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG), que organizó el evento, Maya Alvarado, explicó a Efe que el "Tribunal de Conciencia contra la violencia sexual de las mujeres durante el conflicto armado" es una especie de "justicia simbólica y alternativa".

Hasta ahora, sostuvo Alvarado, ningún caso de violación sexual durante la guerra ha sido investigado, mucho menos juzgado, por lo que los hechos permanecen en "total impunidad".

La activista comentó que desde hace seis años los organizadores del Tribunal de Conciencia, entre los que se encuentra la Comisión Nacional de Viudas de Guatemala (Conavigua), han trabajado con mujeres que fueron violadas durante la guerra para exigir justicia.

La intención del "ejercicio simbólico" es que el Estado cuente con las herramientas suficientes para que pueda cumplir su obligación de garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, anotó. Alvarado dijo que no se tienen estadísticas de las mujeres que sufrieron vejámenes por parte de los militares, pero se estima que fueron cientos de miles, sobre todo indígenas.

Comentó que el Programa Nacional de Resarcimiento (oficial) ha recogido ya algunos testimonios y ha comenzado a resarcir a las víctimas de este tipo de crímenes.

Además, añadió, en el informe "Memorias del Silencio", de la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH), quedaron plasmados los desgarradores testimonios de las mujeres violadas por los soldados durante la guerra.

En conflicto bélico, que acabó en diciembre de 1996 con la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y la guerrilla, dejó más de 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, según la CEH.

Con EFE

lunes, 3 de mayo de 2010

MUJERES: VÍCTIMAS DE GUERRAS



Según informe del ACNUR, se estima que en torno al 90% de las víctimas de guerra son civiles, muchos de ellos mujeres, niñas y niños, en contraste con lo que sucedía hace un siglo, en que ese porcentaje se daba entre el personal militar, en su mayoría masculino, ya que las mujeres tradicionalmente no han participado activamente en las fuerzas armadas, teniendo incluso negado el derecho a alistarse.

Nuevas funciones del ejército
Por otra parte, la función de las fuerzas armadas también están experimentando cambios, al menos en teoría, orientándose en la mayoría de los países hacia la prevención de los conflictos, la consolidación de la paz, la reconstrucción tras la guerra y la cooperación en ayuda humanitaria. Estas nuevas funciones de las fuerzas armadas están permitiendo una mayor participación de las mujeres, siendo ellas, potencialmente, las mejores agentes para poner al ejército al servicio del mantenimiento de la paz y la seguridad.
Así, podemos observar cómo en Dinamarca no sólo se permite el alistamiento de mujeres en el ejército, sino que se están realizando esfuerzos para facilitar su acceso a los altos cargos. Noruega en el año 2005, tiene un 7% de mujeres alistadas, muchas de ellas ocupando cargos de oficiales. Australia ha elaborado planes para revisar las barreras culturales y sociales que entorpecen el ascenso profesional y la permanencia de las mujeres alistadas en las fuerzas armadas. En Israel el reclutamiento de mujeres es obligatorio, aunque sus funciones están diferenciadas en función del género; no obstante se han tomado medidas para que puedan entrenarse como pilotos, actividad antes reservada a los hombres de su ejército.
Sin embargo, tanto por la escasez de mujeres en el ejército, como por la violencia extrema de las prácticas militares que se observan en situación de conflicto bélico, la influencia de las mujeres alistadas en las fuerzas armadas está resultando prácticamente nula en el objetivo de resolución pacífica de los conflictos y el mantenimiento de la paz.

VIOLENCIA DE GÉNERO


Los conflictos armados tienen diferentes repercusiones destructivas entre las mujeres y los hombres, agudizándose la diferencia entre sexos del sistema patriarcal, además de fomentarse el racismo entre culturas agresoras y agredidas (depuración étnica)
En la barbarie de cualquier guerra, las mujeres, consideradas individual y socialmente, experimentan una mayor pérdida en el desarrollo de sus derechos humanos. Víctimas de la violencia de guerra sufren torturas, asesinatos, masacres, detenciones, igual que los hombres, pero ellas además son víctimas de una específica violencia de género añadida
Ello hace a las mujeres más vulnerables en situaciones de conflicto bélico y post-bélico, comprobándose que son sometidas a todo tipo de humillaciones, vejaciones, violaciones, agresiones físicas o psicológicas, en definitiva, al hostigamiento por parte del enemigo como una estrategia más de guerra.